top of page

La Confusión entre Psicosis y Autismo: Implicaciones para el Diagnóstico y el Tratamiento



A lo largo de la historia, la confusión entre la psicosis, en particular la esquizofrenia, y el trastorno del espectro autista (TEA) ha sido una barrera significativa para el diagnóstico correcto y el tratamiento adecuado de las personas con autismo. Esta confusión ha tenido graves consecuencias, incluyendo la falta de acceso a intervenciones terapéuticas específicas y efectivas. A pesar de los avances en la comprensión de ambos trastornos, la superposición de ciertos síntomas y la falta de formación especializada en TEA entre algunos clínicos perpetúan esta problemática.

La diferenciación entre psicosis y autismo es un desafío en el ámbito clínico. Es esencial que los profesionales de la salud mental sean capaces de distinguir estos dos trastornos para ofrecer el tratamiento adecuado. La formación continua en los trastornos del neurodesarrollo, junto con un enfoque clínico basado en la observación detallada y el análisis exhaustivo de los síntomas, resulta crucial para evitar confusiones.

Ante la duda, es fundamental que un profesional derive al paciente a una evaluación neuropsicológica para determinar la posible presencia de un trastorno del espectro autista (TEA). Esta evaluación previene diagnósticos erróneos y garantiza que las personas con TEA reciban la atención que necesitan.


Existen numerosos casos documentados en la literatura médica donde un diagnóstico incorrecto ha causado un gran daño. entre los casos reconocidos en los que personas con autismo

erróneamente diagnosticado estan :

Donna Williams: Nacida en Melbourne en 1963, Donna fue diagnosticada erróneamente como psicótica a los 2 años. Este diagnóstico incorrecto le llevó a recibir un tratamiento inadecuado durante su infancia. No fue hasta los 26 años que recibió un diagnóstico correcto de autismo. Donna es una escritora, artista y guionista, y su historia es un ejemplo de cómo la confusión entre autismo y psicosis puede causar un gran daño.

  1. Temple Grandin: Aunque Temple Grandin no fue diagnosticada como psicótica, es otro ejemplo destacado en la historia del autismo. Durante su infancia, a menudo se la consideraba "psicótica" debido a su comportamiento inusual y sus dificultades de comunicación, antes de que se reconociera correctamente su condición de autismo. Hoy en día es una profesora y activista influyente en la concienciación sobre el autismo.

  2. Jeanette Purkis: Jeanette, una autora y activista australiana, fue mal diagnosticada como psicótica en su adolescencia antes de recibir un diagnóstico correcto de autismo y trastorno bipolar. Este diagnóstico erróneo la llevó a recibir tratamiento psiquiátrico inadecuado durante varios años.

Estos casos subrayan la importancia de un diagnóstico preciso y especializado, ya que la confusión entre autismo y psicosis puede tener consecuencias significativas para la calidad de vida de las personas con TEA

Este tipo de error no es aislado. Hans Asperger, uno de los pioneros en el estudio del autismo, introdujo el término "psicopatía autista", lo que en su momento contribuyó a aumentar la confusión entre estos trastornos. Aunque hoy se reconoce el autismo como un trastorno del neurodesarrollo, la confusión persiste, especialmente en casos de niños y adolescentes que presentan comportamientos inusuales y dificultades de interacción social.

¿Por qué se confunden la psicosis y el autismo?

Una de las principales razones de esta confusión es la superposición de ciertos síntomas. La esquizofrenia, como trastorno psicótico, presenta una amplia gama de disfunciones cognitivas y emocionales, que incluyen alteraciones en la percepción, el pensamiento, el lenguaje, la conducta y la afectividad. Estas características pueden solaparse con algunos síntomas del autismo, lo que puede llevar a diagnósticos incorrectos.

Por ejemplo, las personas con esquizofrenia experimentan a menudo delirios, especialmente ideas persecutorias, en las que creen estar siendo vigiladas o acosadas. Las personas con autismo, por su parte, pueden parecer desconfiadas o mostrar un juicio social deficiente, lo que podría malinterpretarse como paranoia. No obstante, estos comportamientos en el autismo son el resultado de dificultades en el procesamiento de la información social, y no de una distorsión psicótica de la realidad.

Otra fuente de confusión son las alucinaciones auditivas, comunes en la esquizofrenia. Aunque las personas con autismo no experimentan alucinaciones de la misma manera, a veces hablan solas o repiten frases o escenas que han escuchado o visto, lo cual puede ser interpretado erróneamente como un síntoma psicótico. En realidad, estos comportamientos reflejan un procesamiento sensorial diferente, característico del autismo.

Diferencias clave entre el autismo y la esquizofrenia

A pesar de la superposición de algunos síntomas, las diferencias entre ambos trastornos son fundamentales. Una de las diferencias más notables es la edad de inicio. El TEA suele manifestarse en la infancia temprana, con signos que aparecen entre los 18 y los 24 meses, mientras que la esquizofrenia generalmente emerge en la adolescencia o en la adultez temprana.

Otra diferencia crucial está en la naturaleza de las alteraciones sociocomunicativas. En el autismo, las dificultades en la comunicación y las habilidades sociales son primarias y constituyen un criterio diagnóstico esencial. Las personas con autismo tienden a tener dificultades para entender el lenguaje no verbal, mantener conversaciones y desarrollar relaciones sociales. En la esquizofrenia, estas dificultades son secundarias y están vinculadas al desarrollo de episodios psicóticos, no son parte central del trastorno.

Además, los comportamientos repetitivos y restrictivos, característicos del autismo, no forman parte del cuadro esquizofrénico. Aunque algunos síntomas negativos de la esquizofrenia, como la catatonía, pueden parecer similares, la ausencia de patrones restrictivos de conducta y de alteraciones sensoriales propias del TEA deben alertar a los clínicos para evitar diagnósticos incorrectos.

Implicaciones para el tratamiento

El diagnóstico erróneo de autismo como esquizofrenia tiene importantes implicaciones para el tratamiento. Las personas con autismo necesitan intervenciones enfocadas en mejorar sus habilidades comunicativas y sociales, así como en el manejo de comportamientos repetitivos y desregulaciones sensoriales. Por otro lado, el tratamiento de la esquizofrenia suele centrarse en el manejo de los síntomas psicóticos mediante antipsicóticos y terapias orientadas a la reestructuración cognitiva.

Cuando a una persona con autismo se le diagnostica erróneamente esquizofrenia, puede recibir tratamientos farmacológicos innecesarios y no se abordan sus necesidades específicas relacionadas con el TEA, lo que puede empeorar sus dificultades comunicativas y sensoriales, afectando negativamente su calidad de vida.



Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
bottom of page